Denunciar la mentira no tiene nada de extraño. Pero ¿se puede poner a la verdad en el banquillo de los acusados? Eso es lo que hace este libro incisivo y perturbador, concebido como una pesquisa, en la que se imbrican activamente la historia y la filosofía. El autor afirma que la violencia contra el otro siempre encuentra un marco legítimo: en efecto, las guerras 'justas', las inquisiciones de ayer y de hoy, las ocupaciones coloniales, los gulags y los genocidios, invocan, con demasiada facilidad, el nombre de la verdad. ¿De dónde proviene esa ambig Œedad? Tomando como base el debate entre Platón y los sofistas, nuestra investigación demuestra que la verdad del filósofo posee la duplicidad de unjano de dos caras, que actúa como si su mano izquierda ignorara lo que hace la derecha, virtuoso con una y asesino con la otra. Esta artimaña fundadora explica por qué la razón (al proporcionarle a la violencia los medios para que se ejerza con total impunidad) pude servir como coartada para el crimen. Se pone en tela de juicio, entonces, el paradigma de la filosofía.
Este libro desarrolla una tesis particularmente interesante en forma de una historia de la filosofía, que sería la de una artimaña que puede hacer pasar a la verdad por lo que no es. Esta artimaña, que tiene sus raíces evolutivas en las capacidades cognitivas animales y en los mitos humanos primigenios, sería congénita a nuestra inteligencia. Este defecto de origen le permite al autor echar una mirada nueva sobre nuestra razón.