Flo está harta de su vida en Tokio. Sufre una crisis de confianza, está atrapada en la rutina, ha dejado de recibir encargos de traducción y tiene una relación que ha llegado a su límite. Hasta que encuentra un libro misterioso en el metro de Tokio. Desde la primera página, Flo se transforma e inmediatamente se siente obligada a traducir esa novela olvidada, una decisión que la lleva por un camino que le cambiará la vida? Es la historia de Ayako, una anciana dura y estricta que dirige una cafetería en la pequeña ciudad de Onomichi, donde acaba de asumir la custodia de su nieto, Kyo. Atormentados por una tragedia familiar de hace mucho tiempo, ambos han sufrido una pérdida extrema y se sienten incapaces de abrirse el uno al otro. Mientras Flo sigue a estos personajes a lo largo de un año en el Japón rural, a través de los altibajos de una relación que empieza a florecer, no tarda en darse cuenta de que necesita aventurarse más allá de las páginas del libro para localizar a su esquivo autor. A medida que los dos protagonistas revelan que tienen más en común con la vida de Flo de lo que parece, las líneas entre el texto y la traductora convergen. El viaje solo acaba de empezar. Escrito con una pluma bellísima, el autor de El gato y la ciudad nos presenta Cuatro estaciones en Japón, un libro dentro de otro libro que explora temas como la literatura, los propósitos y el significado de la pertenencia.