A Juan David, el
autor de este libro, lo
acompañé a dar Sus
primeros pasos en el
camino de la literatura, que
en poco tiempo se convirtie-
ron en vuelos al infinito. Para ser
exactos, lo conozco hace más de un
metro (ahora mide casi dos), y en ese
entonces hasta se le trababa la lengua para
hablar. Es que no solo era pequeño sino gordito,
disléxico y distraído. Pero, contrario a lo que parecía,
dentro de ese cuerpecito había un profundo observador
que
captaba con sus ojos bien abiertos el mundo que lo rodeaba, en una zon
rural de los Llanos colombianos, y en la mejor compañía: la del abuelo, su ídolo
de siempre. Luego de sus diarias expediciones (que hacía desde los cuatro años de
edad) llegaba a contarle a su madre las historias que le bullían en la mente, y que
ella comenzó a transcribir en diferentes cuadernos.
Gracias a esos dictados, Juan David construyó los primeros relatos que se
convirtieron también en su primer libro: Mi mundo de aventuras y otras bisto-
rias. De ahí en adelante arrancó en su propia nave imaginaria hasta completar
hoy, a sus 20 años, cinco libros individuales y tres colectivos.
En el presente libro, dirigido a niños, niñas y jóvenes de cero a cien años, Juan
David nos cuenta la historia de una impetuosa serpiente que quiso devorarse al
sol y, en sus múltiples intentos fallidos, cayó... pero, sin embargo, ese no sería el
final de la protagonista, pues su espíritu ronda por la selva desde entonces, y...
Bueno, los invito a leer la historia completa aquí, en Arcoiris. No sin antes
decirles que las bellísimas ilustraciones del libro son obra de una maga, de una
diosa de los colores y la imaginación visual: Adriana Cortés Díaz.
¡A disfrutar!