Las imágenes, por su presencia envolvente -hoy más que en ninguna otra época-, educan la mirada y son guías para reconocernos en el mundo. La cultura de la imagen no es simplemente un conjunto de representaciones que circulan día y noche y que se ofertan al consumo de quienes vivimos inmersos en ese mundo. Las imágenes construyen etiquetas que definen el campo de lo visible y lo invisible, lo valioso y lo prescindible, lo bello y lo feo, lo propio y lo ajeno... Las que nos rodean en el espacio público, y los "nombres visuales" o etiquetas que se construyen con ellas, educan y condicionan nuestras acciones. Los programas educativos dirigidos a niños y jóvenes también recurren a representaciones para acompañar sus procesos pedagógicos: las ilustraciones de los libros de texto, las pantallas en las aulas, el cine, los murales públicos, las historietas y los carteles decorativos son recursos visuales escolares. Sin embargo, ¿la Secretaría de Educación Pública aprovecha todo el potencial de la imagen? ¿Las imágenes proporcionan un valor agregado a las lecciones que se desean trasmitir o, por el contrario, son un desacierto para la formación de ciudadanos productivos, respetuosos, seguros de sí mismos? La lectura de ¿La imagen educa? El recurso visual de la Secretaría de Educación Pública ayuda a comprender las propuestas educativas en las imágenes que han circulado y siguen divulgándose en los materiales y medios educativos nacionales.