El mundo infantil representa siempre una exigencia esencial tanto para la teoría como para la práctica psicoanalíticas. Tal vez por ello, la lectura de un libro sobre psicoanálisis de niños es siempre una tarea estimulante tanto para quienes dedican parte de su trabajo como analistas a este tratamiento específico como para aquellos que encaran esta ardua disciplina únicamente desde un interés clínico o teórico. Es además una lectura apasionante para toda una serie de profesionales que se ocupan de la salud mental infantil: psiquiatras, psicólogos, educadores, etc.
En este libro Antonio Ferro propone una manera de abordar el trabajo analítico con niños articulando algunas de las concepciones más radicales de Bion con la teoría de campo de los Baranger, integradas a su vez en una escucha analítica dirigida tanto a las referencias “históricas” y fantasmales del paciente como a su mundo interno y sus fantasías inconscientes. Surge de todo ello un modo interesante de trabajar analíticamente con el niño. No se trata de descodificar un material asociativo y atribuirle una interpretación portadora de un sentido. Se trata de un trabajo “a dos voces”, donde el paciente se constituye en el “mejor colega” posible en la elaboración contratransferencial del analista y donde todo cuanto viene dicho o no dicho en sesión no es otra cosa que la narración de cuanto tiene entre las dos mentes protagonistas del trabajo analítico, la del niño y la del analista.