La voluntad de poder no es una obra que pudiera haber sido firmada por el propio Nietzsche, por lo que no se le considera en su bibliografía oficial; ciertamente él inició la recopilación y arreglo de las notas que soñaba como vuelo más alto de su pensamiento, como un arco tendido (tal vez demasiado tenso) hacia el superhombre; pero fue Elisabeth, su hermana, la que realizó el compendio y lo publicó en 1901, un año después de la muerte de Nietzsche. Ella hizo la composición estructural de la obra, y tal vez, como se dice, introdujo palabras y conceptos propios en esta obra, lo mismo que al parecer hizo con otros trabajos de su hermano, a partir de un involucramiento con los nacientes movimientos que preparaban ya, con delirante entusiasmo, el advenimiento del "superhombre", pero no como entelequia filosófica, sino como una propuesta social y política que más tarde toma forma en el fascismo y el nacionalsocialismo, influyendo en muchas personas que sin duda abrevan del manantial nietzscheaao, pero se intoxican con estas filosóficas aguas, turbias y agitadas, como sucede siempre con las mentes pequeñas que se alimentan de algo que no son capaces de digerir. La voluntad de poder es, pues, un compendio, una reunión estructurada de conceptos frescos y redactados al vuelo de la pasión, de la inspiración, del ensueño o de la locura; este libro tiene el gusto del "diario íntimo" y del proyecto, de lo que se anota "para después", para cuando se logre acumular la suficiente paciencia y lucidez para dar forma y color a lo que ahora no es más que un esbozo. Así que en este libro no se puede esperar lo que en otras obras de Nietzsche se encuentra al grado de la genialidad: coherencia intelectual y sensibilidad poética. Lo que aquí tenemos es un río desbordante de ideas.